En la tarde del pasado 9 de Enero, cuando celebrábamos el Bautismo de Nuestro Señor, los niños que se preparan para recibir su Primera Comunión renovaron las promesas bautismales.
Con cierta ilusión y nerviosismo, los niños renunciaron al pecado y reafirmaron un gran "sí" a Dios. Que para ellos sea un lazo de unión entre su condición de bautizados y su Primera Comunión, para seguir su camino a la Confirmación como verdaderos discípulos de Cristo.