D. José Manuel se ha esmerado en este tiempo en hacernos confirmar que el centro de la vida del cristiano es Cristo y que a Él debe ser nuestra alabanza. Quiso la comunidad parroquial dar gracias: gracias al Padre por haberle escogido para el sacerdocio, al Hijo por guiarle en su camino pastoral, y al Espíritu por haberle colmado de dones que ha derramado generosamente en Lora y que deseamos que se multipliquen allá por donde quiera que vaya.
Como agradecimiento se le hizo entrega de un pequeño detalle, pidiéndole a la Santísima Virgen que, como Madre, siempre le acompañe y le proteja.
¡HASTA SIEMPRE D. JOSÉ MANUEL!