Sin embargo sí queremos destacar un aspecto que ha caracterizado su actividad pastoral desde que se hizo cargo de la comunidad parroquial de Santa Cruz. Su empeño ha sido no sólo conservar y mejorar nuestro complejo parroquial, sino también ayudarnos como Pastor a dar culto, adorar, alabar, y bendecir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Durante todos estos años, D. Enrique no ha escatimado esfuerzos para acercarnos a todos más a Cristo, para proclamarlo Vivo y Resucitado, el único que puede dar sentido y plenitud a nuestra vida. Y todo ello centrado en primer lugar a los pobres y a los enfermos, pues su sentido de la caridad ha prevalecido sobre todo lo demás.
Tal y como le hemos trasladado tras la celebración de la Eucaristía, en nombre de toda la Parroquia, los presentes y todos aquellos que no han podido asistir pero que han estado con el corazón, queremos darle las gracias. Le deseamos lo mejor en su nuevo destino pastoral en San José de la Rinconada, se lo merece, y esperamos que Santa Cruz y los que la formamos seamos parte de ti; que todos los momentos vividos sirvan como parte del crecimiento personal y espiritual de todos.
D. Enrique, no se olvide de nosotros ya que nosotros nunca le olvidaremos. Rezaremos por usted, rece también por nosotros. Reciba toda nuestra gratitud, todo nuestro reconocimiento y todo nuestro cariño.
¡HASTA SIEMPRE!
