“Padre nuestro. La vida consagrada presencia del amor de Dios ” es el lema de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebra el 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor en el templo.
Un día de especial agradecimiento al Padre nuestro. Los obispos españoles desean recordar que “la vida consagrada es presencia del amor de Dios. Cada consagrado, con su vida y testimonio, nos anuncia que Dios Padre, es un Dios que ama con entrañas. Su Hijo Jesús nos enseñó una oración, el padrenuestro, que expresa la relación que Dios tiene con cada uno de nosotros, sus hijos y sus consagrados”.
MENSAJE DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA 2019
El lema escogido este año para la Jornada de la Vida Consagrada, expresa una constante en los distintos carismas y en la vocación de cada uno de nosotros: la llamada y el deseo de hacer presente el amor de Dios. Un amor que experimentamos en nuestra vida como salvación, misericordia, buena noticia… Un amor encarnado en Jesús, revelado en su persona, en sus modos de acercarse a la gente, en su forma de sanar, perdonar, anunciar y vivir el Reino.
Hacer presente el amor de Dios, ser como Vida Consagrada presencia del amor de Dios, pasa por dejar que el Señor Jesús nos modele, nos vaya configurando a su modo, nos haga partícipes de su misión, nos haga mujeres y hombres que, con Él y como Él, pasan por el mundo haciendo el bien (Hch 10, 38). Y, por eso mismo, que anuncian al Señor Jesús, que lo hacen presente y cercano y que se esfuerzan para no tener que reprocharse en su vida las palabras de Pablo, cuando afirma: “¡Ay de mí si no evangelizare!“ (1 Cor 9, 16).
El lema de la Jornada Mundial nos alienta a ese ser presencia del amor de Dios desde la experiencia que Jesús mismo nos comparte y regala en el Padre Nuestro y que se va haciendo eje de nuestra vida: la acogida de Dios Padre en nuestra existencia. Así, esa acogida nos hace hermanos y nos lleva a mirar a los hombres y mujeres con los que nos encontramos cada día, a las personas con las que tejemos comunidad, a los que piensan o sienten la vida de un modo distinto, a los excluidos de mil formas, a los sufrientes de nuestro mundo, a cada ser humano… como hijo e hija de Dios.
Jesús nos hace desear con Él que venga el Reino y que se haga la voluntad del Padre, nos hace buscar y escudriñar su voluntad en medio de la complejidad de la vida y poner lo que somos, sabemos y podemos… para que se haga presente el Reino de amor y justicia de Dios que es, al tiempo como todo lo que recibimos cada día, un don que nos hace vivir desde el agradecimiento y la gratuidad. Que celebrar la Jornada de la Vida Consagrada, sea para todos nosotros ocasión de seguir ahondando vitalmente en la experiencia de Dios que late en el Padre Nuestro y que nos aliente a ser humildemente, cada día, presencia cercana de su amor para aquellos que, de distintos modos, sufren más la ausencia del amor en sus vidas.
Hna. Mª del Rosario Rios, ODN – Presidenta