LA PARROQUIA DE SANTA CRUZ EN EL TIEMPO ORDINARIO

martes, 10 de noviembre de 2015

HOY DA COMIENZO EL TRIDUO A "MADRE ANGELITA"

¿Quién no conoce a Santa Ángela de la Cruz? Hoy en el blog parroquial de Santa Cruz vamos a conocer quién fue esta querida santa sevillana en el día en el que da comienzo el Solemne Triduo que nuestra Parroquia consagra anualmente en su memoria.

María de los Ángeles Guerrero González nació en Sevilla el 30 de enero de 1846. Fue una religiosa católica española fundadora de la congregación “Instituto de las Hermanas de la Cruz” dedicada a ayudar a los pobres y a los enfermos

Llegada a la edad de poder trabajar sus padres la colocaron como aprendiz en un taller de zapatería desde los 12 años para contribuir a la economía familiar, allí permaneció hasta los 29 de forma casi ininterrumpida. La maestra de taller era dirigida espiritualmente por el canónigo Don José Torres Padilla, que tenía en Sevilla fama de “preparar santos”. Cuando Angelita conoció al Padre Torres Padilla tenía 16 años. Tres años después pedirá su entrada como lega en el convento de las Carmelitas Descalzas del barrio de Santa Cruz. No la consideraron con la salud y energías físicas suficientes para los trabajos de lega y no la admitieron en el convento.

Sus deseos de vivir sólo para Dios y para el servicio, en una consagración total de su persona en la vida religiosa, aumentaban.


Bajo el consejo del Padre Torres intentó hacer el postulado en el hospital de las Hijas de la Caridad de Sevilla en 1868. Y, aunque su salud era precaria, las religiosas hicieron esfuerzos por conservarla, procurando enviarla a Cuenca y a Valencia para ver si se fortalecía. Siendo novicia, tuvieron que enviarla a Sevilla para probar de nuevo con sus aires natales; pero todo fue inútil y tuvo que salir del noviciado

En su casa la acogieron de nuevo con gran cariño, y en poco tiempo el señor permitió recobrar su salud. También volvió al taller de zapatería.

El Padre Torres continuó guiándola por los caminos difíciles por los que Dios quería conducirla. Ambos preveían que Dios la quería para algo que no adivinaban aún. En 1871 Angelita prometió en un acto privado, a los pies de Cristo en la Cruz, vivir conforme a los consejos evangélicos.

En 1873 tendrá la visión fundamental que le definirá su carisma en la Iglesia: subir a la Cruz, frente a Jesús, del modo más semejante posible a una criatura para ofrecerse víctima por la salvación de sus hermanos los pobres. Bajo la guía y mano firme de su director espiritual, irá recibiendo de Dios los caracteres específicos del Instituto que Dios deseaba por su medio inaugurar en la Iglesia. Ella siguió trabajando en el taller como "zapaterita", a la vez que, por encargo de su padre espiritual, dedicaba su tiempo libre a recoger las luces que Dios le daba sobre su vocación y futuro Instituto, hasta que recibió la orden de dejar el taller y dedicar todo su tiempo a la fundación. El 22 de marzo de 1873 comienza a descubrir con nitidez su carisma personal de ser ante Dios y la Iglesia “Ángela de la Cruz”.

El 17 de enero de 1875 con muy pocos recursos comenzó a tomar forma su proyecto de crear la “Compañía de la Cruz”, y encontró a tres compañeras. Con el dinero de una de ellas alquilaron su "convento" que era solamente un cuarto en la casa número 13 de la calle San Luis en Sevilla, y organizaron un servicio de asistencia a los necesitados a lo largo del día y de la noche. Posteriormente se trasladaron al número 8 de la calle Hombre de Piedra también en Sevilla. Sus compañeras ya comenzaron a llamarla “Madre”. En 1876, se declaró una epidemia de viruela en Sevilla y ello hace que las Hermanas de la Cruz intensifiquen sus esfuerzos de ayuda a pobres y enfermos, causando su labor gran admiración en todos los estamentos de la ciudad. En este mismo año, “Madre” consiguió la admisión y bendición de su obra por el arzobispo de la diócesis, el Cardenal Spínola.

Falleció el 2 de marzo de 1932 como consecuencia de un accidente cerebro-vascular, y personas de todas las clases sociales rindieron homenaje a la hoy Santa que, por privilegio del Gobierno de la Segunda República Española, fue sepultada en la cripta de la Casa Madre en Sevilla. Dos días después el Ayuntamiento republicano de la ciudad, presidido por el alcalde Don José González y Fernández de la Bandera, decidió por unanimidad que constase en acta el sentimiento de la Corporación por la muerte de la religiosa y decidió se rotulase con su nombre la entonces llamada calle Alcázares, donde estaba y continúa el convento.


El Papa Juan Pablo II la beatificó el 5 de noviembre de 1982. El 20 de diciembre de 2002, la Iglesia reconoció oficialmente su santidad, al aprobar el milagro que le había sido atribuido, la curación, científicamente inexplicada, de un niño que sufría una obstrucción de la arteria central de la retina del ojo derecho y recuperó repentinamente la visión. Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003 en la madrileña Plaza de Colón, con el nombre de "Santa Ángela de la Cruz".


Actualmente, la Compañía de la Cruz tiene más de cincuenta conventos, 700 hermanas y novicias en Sevilla. Tienen presencia en diversas Comunidad Autónomas españolas, y en Italia y Argentina.