En estos meses de verano se han iniciado una serie de nuevos arreglos en la parroquia que no hacen más que mejorar las condiciones en las que se desarrollan sus distintas actividades.
A principios de julio, se ponía en marcha la apertura de dos ventanas en la fachada del templo. Así, tras los permisos pertinentes, se abrieron estas dos ventanas que ofrecen luminosidad y ventilación al templo parroquial.
Más tarde, se coloraron unos toldos automáticos en las vidrieras del templo. Se aislaba así al mismo de las altas temperaturas que se daban en los meses de verano.
Y por último, tras décadas sin hacerle ningún tratado especial, se ha realizado un tratamiento de acristalado al suelo del templo con el que se ha conseguido reavivar el color y brillo a la que es la Casa de Dios. Su mantenimiento a partir de ahora es mínimo: se utiliza la mopa, la escoba o un aspirador para el polvo y se friega con agua y una pequeña cantidad de detergente neutro.
Es en las parroquias donde se producen algunos de los acontecimientos más importantes de nuestra vida: bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, bodas, funerales... Continuemos colaborando con la que es la Casa de Dios, nuestra casa, pues todo lo que hagamos permanece no solo para esta generación sino también para los que vengan después.
¡Es un beneficio para todos!
