LA PARROQUIA DE SANTA CRUZ EN EL TIEMPO DE PASCUA

martes, 10 de octubre de 2023

EL PADRE ARIAS Y JUAN MARÍA COCA SERÁN BEATIFICADOS EL PRÓXIMO 18 DE NOVIEMBRE

El próximo 18 de noviembre, a las 11:00 horas, se celebrará en la Catedral de Sevilla la beatificación de 20 mártires (10 sacerdotes, 9 laicos y 1 seminarista) asesinados por odio a la fe en 1936 en el contexto de la persecución religiosa que tuvo lugar en España durante la Guerra Civil. 

Así fue comunicado el pasado mes de julio por parte de la Secretaría de Estado del Vaticano  al arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, quien ha previsto la celebración de la Eucaristía que será presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.

De entre estos mártires de la Guerra Civil, destacamos dos mártires ligados a Lora del Río, como son D. Francisco de Asís Arias Rivas y D. Juan María Coca Saavedra (párroco y vicepárroco de Ntra. Sra. de la Asunción de Lora del Río respectivamente).

El primero de ellos, D. Francisco de Asís Arias Rivas fue un sacerdote y licenciado en Derecho, nacido en Cantillana el 30 de enero de 1875. Su ordenación sacerdotal tuvo lugar el 1 de junio de 1901 y, además de su destino como párroco en Lora del Río desde 1919, desarrolló su ministerio en San Nicolás, Santa Cruz, y San Lorenzo de Sevilla, y en La Puebla de los Infantes. 

El Padre Arias fue encarcelado por el hecho de ser sacerdote, dando consuelo espiritual a los demás presos en su cautiverio. Fue detenido a finales de julio de 1936, salvajemente vejado, atormentado y finalmente fusilado el 1 de agosto de 1936 en el cementerio de Lora del Río.

Por otro lado, D. Juan María Coca Saavedra nació en Mairena del Alcor el 24 de diciembre de 1884. Su vida pastoral la realizó en Lora del Río como sacerdote-coadjutor de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción durante las décadas de los veinte y treinta del siglo XX, de la que era párroco en aquellos entonces D. Francisco Arias Rivas. Fue fundador, creador y director espiritual de las Escuelas del Ave María, dedicadas a la escolarización y culturización de las clases más menesterosas y dedicó parte de su vida a motivar y promover a personas que, por su baja capacidad económica, no podían permitirse realizar estudios. No fue ajeno tampoco al mundo del trabajo, tan conflictivo en aquella época, y así es cofundador en Lora del Sindicato Agrícola Católico de los años veinte. D. Juan María Coca fue asesinado y martirizado, junto con el párroco, el 1 de agosto de 1936, según manifiesta D. Carlos Ros en su obra In memoriam de los sacerdotes martirizados en la Archidiócesis de Sevilla en la Guerra Civil del 36, señalando que aun ignorando las circunstancias concretas de la forma en que le dieron muerte, afirma que "en la prisión que sufrió, según testimonio de testigos, recibió toda clase de insultos y vejaciones, de palabras y de obras, obligándole a limpiar lugares destinados a la inmundicia humana [...] con el solo objeto de escarnecer la dignidad personal y sacerdotal del mismo, pues para estas cosas era preferido a los demás presos. Finalmente, declaran que demostraba mucha resignación, dirigía a los demás palabras de consuelo, y muchos de los presos confesaron con él en los días y horas que precedieron a los fusilamientos". Sus restos mortales descansan en la paz del Señor en el Cementerio de San Sebastián de Lora del Río.

El martirio de estos mártires se aprobó en la sesión ordinaria de cardenales y obispos del Dicasterio para las Causas de los Santos del pasado 22 de junio. La tarea de recogida de testimonios "ne pereant pobationes" fue iniciada en 2012 bajo la dirección del entonces delegado episcopal para las Causas de los Santos y postulador diocesano monseñor Teodoro León Muñoz.

Dos años más tarde, el 3 de octubre de 2014, tuvo lugar la solemne apertura de la causa de beatificación y canonización de estos mártires de la Archidiócesis de Sevilla, en una ceremonia celebrada en la Capilla Real de la Catedral, presidida por monseñor Juan José Asenjo, entonces arzobispo titular de la Archidiócesis.

El 27 de noviembre de 2016 quedó clausurada en el mismo lugar la fase diocesana. Se inició a partir de entonces la fase romana bajo la dirección del postulador fray Alfonso Ramírez Peralbo. Durante todo este tiempo se llevó a cabo una exhaustiva investigación histórica y testimonial sobre el presunto martirio de esta veintena de personas, tarea que ahora se ve culminada con el reconocimiento como mártires de este grupo de diez sacerdotes, un seminarista, una fiel cristiana laica y ocho fieles cristianos laicos sevillanos, que ha de ser un motivo de júbilo por este momento que vivimos en nuestra Iglesia diocesana, y especialmente para nuestro pueblo, como reconocimiento a estos mártires que nos animan con su ejemplo y nos ayudan con su intercesión.


Fuentes:
El Correo de Andalucía, 23 de junio de 2023
www.mayrena.com, El Campanillo, Manuel José Guillén Jiménez
Diario de Sevilla, 21 de julio de 2023