Aquí os dejamos las respuestas a las preguntas más comunes sobre el Año Santo y la Puerta Santa gracias a los compañeros de Aciprensa.com
¿Qué es un Año Santo?
La tradición católica de celebrar un Año Santo (Año Jubilar) comenzó con el Papa Bonifacio VIII en 1300, y desde 1475 cada 25 años se celebra un Jubileo ordinario para permitir que cada generación experimente este momento al menos una vez en la vida.
El Año Santo es tradicionalmente un año de perdón y penitencia por los pecados de cada uno. También es un año de reconciliación entre enemigos y conversión para recibir el Sacramento de la Reconciliación.
Hasta ahora solo se han realizado 26 celebraciones jubilares ordinarias, la última de las cuales fue el Jubileo del año 2000 convocado por San Juan Pablo II.
¿Qué es un Año Jubilar Extraordinario?
Un Jubileo Extraordinario puede ser convocado en una ocasión especial o por un evento que tiene una importancia especial, como es el caso del Año Santo de la Misericordia.
El primer Jubileo extraordinario se convocó en el siglo 16 y los más recientes fueron en 1933, cuando el Papa Pío XI quiso celebrar los 1.900 años de la Redención, y en 1983 cuando San Juan Pablo II proclamó uno para honrar los 1.950 años de la redención tras la muerte y resurrección de Cristo.
¿Qué es una Puerta Santa?
Si seguiste al Papa en su reciente viaje a África, es probable que hayas visto la temprana apertura de la Puerta Santa en Bangui, República Centroafricana.
Aunque el Año Santo oficialmente comienza el 8 de diciembre, esa fue la primera vez en la historia que un Papa abrió una Puerta Santa fuera de Roma.
Cada una de las cuatro basílicas papales de Roma tiene una puerta santa, que normalmente se sella desde el interior para que no se pueda abrir. Las puertas santas sólo se abren durante el año del Jubileo para que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y ganar la indulgencia plenaria vinculada al Jubileo.
El rito de la apertura de la Puerta Santa pretende ilustrar simbólicamente que a los fieles de la Iglesia se les ofrece un "camino extraordinario" hacia la salvación durante el tiempo del Jubileo. Simboliza el dejar atrás el mundo y entrar en la presencia de Dios, de manera similar a la forma en que los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento atravesaban la entrada del santuario interior del Tabernáculo en Yom Kipur -la conmemoración judía del Día de la Expiación, perdón y del arrepentimiento de corazón- para entrar en la presencia de Dios y ofrecer sacrificios.
Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, se abren las puertas de las otras tres basílicas romanas: San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. Durante el Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco también ha dado a los obispos diocesanos permiso para designar Puertas Santas específicas en sus diócesis.
¿Qué es una indulgencia plenaria?
Un Año Santo trae consigo la posibilidad de que los fieles puedan ganar la indulgencia plenaria. De acuerdo con el párrafo 1471 del Catecismo, una indulgencia es:
"...la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".
En el caso de una indulgencia plenaria, es una completa remisión de los pecados.
¿Cómo obtener una indulgencia durante un Año Santo?
De acuerdo a la Penitenciaría Apostólica, para ganar indulgencias plenarias (o parciales), es necesario que los fieles estén en estado de gracia y además:
- Tengan la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial;
- Confiesen sacramentalmente sus pecados;
- Reciban la Sagrada Eucaristía (preferiblemente, pero no necesariamente en el contexto de la Misa)
- Oren por las intenciones del Papa
Lo ideal sería ir a confesarse, recibir la comunión y realizar la indulgencia en el mismo día, pero es suficiente que estos sacramentos y oraciones se lleven a cabo dentro de varios días (alrededor de 20) antes o después del acto de indulgencia.
Las oraciones por las intenciones del Papa se dejan a discreción de los fieles, pero un "Padre Nuestro" y un "Ave María" son las oraciones habituales. Una confesión sacramental es suficiente para varias indulgencias plenarias, pero una comunión y una oración por separado por las intenciones del Santo Padre se requieren para cada indulgencia plenaria.
Se pueden hacer excepciones con los enfermos y las personas confinadas en casa.
Las indulgencias siempre se pueden aplicar ya sea a uno mismo o por las almas de los difuntos, pero no pueden ser aplicados a otras personas vivas.
¿Con qué frecuencia puedo obtener la indulgencia plenaria?
Una vez al día.
¿Dónde puedo obtener una indulgencia durante el Año Santo de la Misericordia?
Durante un Año Santo, el Papa designa lugares específicos de peregrinación para obtener indulgencias, además de las cuatro Puertas Santas de Roma. Para el Año Santo de la Misericordia, las puertas santas en las catedrales de cada diócesis, así como en otras iglesias designadas por los obispos diocesanos son lugares de peregrinación para los fieles laicos como parte de la obtención de la indulgencia plenaria. Como Francisco escribió en su carta sobre la indulgencia del Año Santo:
"Dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo".
Una vez vistas las respuestas a las preguntas más frecuentes del Año Santo y la puerta Santa, en relación con el ya iniciado Año de la Misericordia, nuestro Obispo mons. Asenjo animó en su carta pastoral dirigida a los sacerdotes de la Archidiócesis con motivo del Año Jubilar de la Misericordia a asistir “junto a vuestras comunidades parroquiales a la apertura del Año de la Misericordia”, que tendrá lugar el próximo 13 de diciembre, a las cinco y media de la tarde, en la Catedral. Incluso concede su autorización para suprimir las misas vespertinas de ese día para poder acudir a “tan importante celebración” que evidencie “la unidad diocesana”.
Los templos jubilares sevillanos irán abriendo sus puertas de forma escalonada, comenzando por la Catedral de Sevilla la tarde del domingo 13 de diciembre. La puerta jubilar en la Catedral será la de Campanillas. La agenda del Año de la Misericordia continúa con la apertura de las puertas en la Basílica del Gran Poder, el 14 de diciembre; Basílica de la Esperanza Macarena, el 18 de diciembre (festividad de Nuestra Señora de la Esperanza); Basílica del Cristo de la Expiración, al día siguiente; Basílica de Santa María Auxiliadora el 20 de diciembre; Santuario de Ntra. Sra. de Loreto, en Espartinas, el 9 de enero; y finalmente, Santuario de Consolación en Utrera, el 10 de enero.
Deseamos que esta entrada dedicada al Año Santo sirva a nuestros lectores para alcanzar los frutos de este Año de la Misericordia, para que la vivamos con hondura y verdad en nuestra Archidiócesis.