LA PARROQUIA DE SANTA CRUZ EN EL TIEMPO ORDINARIO

jueves, 10 de marzo de 2016

FORMACIÓN POR UN PACTO SOCIAL CONTRA LA POBREZA

Una treintena de personas de diferentes grupos parroquiales asistieron el pasado martes 8 de Marzo a la formación que ofreció nuestro párroco D. Enrique Barrera sobre la Instrucción Pastoral que lleva por nombre "Iglesia, servidora de los pobres".

Dicha sesión de formación que tuvo lugar en los salones parroquiales de Santa Cruz resaltó el carácter de denuncia de situaciones injustas de nuestra sociedad actual que manifiesta la Instrucción Pastoral. Ésta contiene el análisis, las reflexiones y las aportaciones de los obispos españoles ante la grave situación económica y social en España derivada de la actual crisis.

Barrera resaltó la idea de poner rostro a las personas que lo pasan mal, situación ante la que la Iglesia no puede quedarse quieta. La Iglesia siempre debe de ir renovando aquello que no es propio de la vida del cristiano, coincidiendo así con lo que el Papa Francisco nos pide: una continua renovación de la vida interior y no quedarnos en lo estético.

"Iglesia, servidora de los pobres" nos pide ser profetas y denunciar las situaciones de pobreza, evitando quedarnos aletargados e invitándonos a ser valientes, con una vida honrada. Igualmente, se destaca en el texto que las desigualdades sociales aumentan y que pueden verse en: el paro de los jóvenes y de los mayores de 50 años, la situación de los inmigrantes, la corrupción y el empobrecimiento espiritual, entre otros problemas. Es curiosa la idea que nos revela que en épocas de recesión crece la pobreza, pero en épocas florecientes no se recupera la sociedad.


La Doctrina Social de la Iglesia aporta unas ideas que debemos de seguir ante los problemas señalados: reconocer la dignidad de la persona, el destino universal de los bienes, la solidaridad como criterio fundamental de la convivencia, la defensa de los derechos y la promoción de los deberes, trabajar por el bien común y la subsidiariedad como principio que vertebra la vida pública al derecho a un trabajo digno y estable.

El servicio caritativo y social de la Iglesia debe reflejar el amor de Dios hacia los pobres y, para ello, necesitamos una sólida espiritualidad basada en el compromiso y la oración, la acción y la contemplación y la lucha por la justicia y la vida espiritual.

Y con estos planteamientos, Monseñor Juan José Omella (Presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social) ofreció unas propuestas esperanzadoras en la rueda de prensa de la 105 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (27 de abril de 2015) en la que se presentó el texto que analizamos. Entre estas propuestas se defiende empezar por afrontar las raíces de la pobreza. Es necesario que los poderes públicos y los responsables del gobierno de la nación e internacional pongan en marcha acciones de todo tipo: fiscal, distribución de los bienes, supervisión de las instituciones bancarias y la humanización del trabajo que logren erradicar las causas estructurales de la pobreza. Otra iniciativa que plantean los obispos es lograr un pacto social contra la pobreza cultivando con esmero la formación de la consciencia socio-política de los cristianos de modo que sean consecuentes con su fe y se haga efectivo su compromiso de colaborar en la recta ordenación de los asuntos económicos y sociales. Igualmente, apoyar la vida y la familia así como conseguir una regeneración moral a nivel personal y social y, como consecuencia, tener un mayor aprecio por el bien común.

Para conocer el texto íntegro "Iglesia, servidora de los pobres", puedes acceder a él haciendo clic en la siguiente imagen: